La gran mayoría de los vehículos holandeses están sujetos a un impuesto especial sobre vehículos llamado BPM que está relacionado con las emisiones de CO2 del mismo. Cada vez que se vende un vehículo sujeto a BPM, el resto del impuesto BPM se cobra al nuevo propietario.
Cuando este vehículo se vende a un país extranjero, el último propietario (en este caso OPENLANE Países Bajos) tiene derecho a obtener un reembolso del resto de este impuesto, siempre que pueda presentar un registro extranjero a las autoridades fiscales holandesas como prueba de exportación. Por este motivo, la mayoría de los vehículos holandeses tienen documentos de matriculación extranjeros (en este caso, alemanes).
Para los vehículos sin impuesto BPM (principalmente furgonetas, camiones ligeros y vehículos matriculados por primera vez el en los Países Bajos antes del 16.10.2006) se ofrece la tarjeta de registro holandesa cancelada y exportada (modelo UE).