La gran mayoría de los vehículos holandses están sujetos a un impuesto nacional sobre vehículos llamado BPM que está relacionado con las emisiones de CO2 de un vehículo. BPM es una abreviatura de “impuesto sobre vehículos de pasajeros y motocicletas”.
Para cada vehículo nuevo o importado que se registre en los Países Bajos por primera vez y que esté sujeto al BPM, se debe pagar una cantidad bruta de impuesto BPM. Este Cantidad se deprecia cada mes siguiente al registro según un cuadro de depreciación fija, una lista de precios o un informe de valoración.
El cobro del BPM residual solo se aplica a las ventas nacionales, es decir si un vehículo sujeto al BPM se vende a otro propietario holandés y permanece registrado en los Países Bajos.
En caso de ventas internacionales (automóviles holandeses vendidos para exportación), el BPM residual no se cobrará al cliente internacional.
En ese caso, OPENLANE Países Bajos es el último propietario holandés que tiene que pagar el resto del BPM y que tiene la opción de recuperarlo bajo ciertas condiciones al dar de baja y exportar el coche.
Puede encontrar información más detallada sobre BPM en el sitio de la Administración Tributaria Neerlandesa: